El Colegio de Médicos de la Provincia de Buenos Aires declaró el estado de alarma ante la crisis sanitaria generada por el fentanilo contaminado, que provocó la muerte de 96 personas. Así lo confirmó Julio Dunogen, secretario general de la institución, quien indicó que la alerta inicial sobre la situación fue emitida mucho antes de que se conociera la magnitud del problema.
El profesional subrayó que las muertes no se produjeron por sobredosis, sino por una letal contaminación bacteriana. En declaraciones televisivas, el doctor Dunogen señaló que la entidad “había iniciado la alerta el 16 de mayo, hace casi dos meses, cuando los primeros casos de decesos ya indicaban que la situación era muy compleja”. «En aquel momento, había apenas «dos o tres casos con fentanilo contaminado», explicó. «No es que lo decimos ahora, ya tenemos 100 muertos», sentenció, haciendo referencia a la lentitud de la respuesta oficial.
La causa de las muertes, según indicó el galeno, no fue la dosis excesiva del fármaco, sino una severa contaminación con dos bacterias altamente agresivas: Klebsiella pneumoniae y Ralstonia. Ambas, precisó, “son gérmenes que requieren una gran cantidad de antibióticos para su tratamiento y que, al ingresar al torrente sanguíneo, producen septicemia”.
El secretario del Colegio de Médicos describió la situación como «veneno directamente» y destacó que las bacterias en cuestión son «letales», lo que consideró «como para escribir una novela de misterio».
Las investigaciones apuntaron al laboratorio HLB Pharma, productor del medicamento. El doctor Dunogen calificó de «descabellada» la contaminación con esos patógenos e indicó que evidentemente existieron «gravísimas irregularidades» en el proceso de elaboración.
Agregó que el laboratorio «no cumple ninguno de los parámetros de bioseguridad que tiene que tener», además de subrayar la ausencia de trazabilidad del producto. «Evidentemente no no hay trazabilidad de este medicamento. Tendría que haberlo, pero no lo hay», aseguró. Además hizo referencia a la situación actual de las clínicas, que han recibido la instrucción de descartar y devolver la totalidad de los medicamentos de dicho laboratorio.
Dunogen concluyó con una reflexión sobre la importancia de la prevención, destacando que “cuando la institución emitió la primera advertencia existían muy pocos casos”. El profesional lamentó que las cosas tiendan a «explotar» antes de que la sociedad y el Estado tomen conciencia de la seriedad del problema.
