En el corazón de la Quebrada de Humahuaca, Maimará se alzó con un reconocimiento que llena de orgullo a los argentinos: fue elegida como “el pueblo más lindo del mundo”, por ONU Turismo dentro del programa Best Tourism Villages 2025. Con su paisaje de ensueño, su cultura ancestral y la calidez de su gente, esta pequeña localidad jujeña se consolida como uno de los destinos más cautivantes de América Latina.
- por Alejandro Falckenberg
Un rincón que encarna el alma del norte
Situada a solo 5 kilómetros de Tilcara, Maimará pertenece al departamento de Tilcara, en la provincia de Jujuy. Su nombre proviene del aimara y significa “estrella que cae” o “resplandor sobre la tierra”, una descripción que parece escrita para este lugar donde el cielo, los cerros y la historia se funden en una postal imposible de olvidar.
Maimará se encuentra enclavada en el corazón de la Quebrada de Humahuaca, declarada Patrimonio Cultural y Natural de la Humanidad por la UNESCO. Su entorno natural y su identidad cultural la han convertido en un símbolo del norte argentino, un sitio donde el tiempo parece detenerse entre los colores de los cerros y el murmullo del viento andino.
Un reconocimiento internacional merecido
El reciente premio que consagra a Maimará como “el pueblo más lindo del mundo” fue otorgado por una organización internacional que evalúa la belleza, la conservación y la autenticidad de pequeñas comunidades rurales en distintos continentes. La distinción llegó tras una votación global en la que participaron miles de viajeros y expertos en turismo, que destacaron no solo su imponente paisaje sino también el compromiso de sus habitantes con el turismo sustentable y la preservación de sus raíces culturales.
Este reconocimiento posiciona a Maimará en el mapa mundial del turismo rural y cultural, junto a otras localidades emblemáticas del planeta. Para Jujuy, representa un impulso histórico: una oportunidad para mostrar al mundo su riqueza natural y su enorme valor humano.
Naturaleza, arte y espiritualidad en un mismo paisaje
El Cerro Paleta del Pintor es, sin dudas, el emblema más reconocible de Maimará. Su gama infinita de tonos rojizos, ocres, violetas y verdes parece salida de la paleta de un artista. Desde cualquier punto del pueblo, este cerro domina el horizonte y regala amaneceres y atardeceres de una belleza indescriptible.
Otro sitio emblemático es el Cementerio del Pintor, construido sobre una ladera con vista al valle. Es un lugar cargado de poesía y espiritualidad, donde las tumbas coronadas de flores se funden con los colores de la montaña. No son pocos los visitantes que afirman que allí se siente la energía de la Quebrada en su máxima expresión.
Las calles empedradas, las casas de adobe y las huertas familiares completan el cuadro. Caminar por Maimará es como viajar al pasado sin dejar el presente: el sonido de una quena, el aroma del maíz tostado, el saludo amable de cada vecino forman parte de una experiencia genuina y conmovedora.
Tradiciones que se mantienen vivas
Maimará conserva un calendario festivo profundamente ligado a sus raíces. Durante todo el año se celebran fiestas patronales, ferias agrícolas, carnavales y rituales ancestrales. En agosto, por ejemplo, el Homenaje a la Pachamama convoca a toda la comunidad en agradecimiento a la Madre Tierra, un momento donde la espiritualidad indígena y la alegría popular se entrelazan en un mismo abrazo.
En sus talleres y mercados se pueden encontrar tejidos artesanales, cerámicas, instrumentos andinos y productos locales como vinos de altura, dulces de frutas del valle y hierbas medicinales. Todo elaborado con manos jujeñas, que conservan técnicas heredadas de generación en generación.
Turismo sostenible y comunidad
Uno de los aspectos que más valoró el jurado internacional fue la forma en que Maimará combina desarrollo turístico con respeto por el entorno. Los pobladores promueven un turismo consciente, que fomenta la economía local sin alterar el equilibrio del paisaje ni la vida cotidiana del pueblo.
Los visitantes pueden hospedarse en posadas familiares o casas rurales, donde el trato es cálido y personalizado. Además, se ofrecen excursiones guiadas por los valles, visitas a bodegas de altura, caminatas fotográficas y experiencias gastronómicas con productos regionales.
Voces del pueblo
“Este premio no es solo para Maimará, sino para toda la Quebrada. Es el reconocimiento a nuestra forma de vivir, al respeto por la naturaleza y a la unión de la comunidad”, expresó una de las vecinas que participó en la organización local del evento.
El intendente destacó que este logro “es fruto del esfuerzo conjunto de todos los maimareños que, día a día, abren sus puertas al mundo sin perder su esencia”.
Un orgullo argentino que conquista al mundo
El reconocimiento a Maimará no hace más que confirmar lo que miles de turistas ya sabían: que en este pequeño rincón del norte argentino late el corazón de los Andes. Su paisaje, su cultura y su gente la convierten en una joya única, donde cada visitante encuentra belleza, paz y una conexión profunda con la tierra.
Hoy Maimará brilla ante el mundo con luz propia, y lo hace fiel a su nombre ancestral: una estrella que ilumina la Quebrada y el alma de quienes la descubren.
