Un equipo de médicos de la Clínica Modelo implantó una prótesis cerebral a un hombre de 65 años que padece Parkinson a fin de eliminar el temblor característico de esta cruel enfermedad.
El Iosper aportó la prótesis y el equipo médico estuvo a cargo del neurocirujano Raúl Simoncini, quien explicó que la intervención es paliativa, no curativa.
El paciente es oriundo de Valle María y padece Parkinson. Se decidió en conjunto con neurólogo tratante Gustavo Sabatini y el neurocirujano Simoncini realizar colocación de implante cerebral profundo (dbs). Es la primera cirugía de este tipo en la provincia de Entre Ríos y se concretó en la Clínica Modelo. Antes los pacientes eran derivados a Buenos Aires.
La intervención consistió en colocar “dos electrodos muy pequeños, de dos a tres milímetros, en los núcleos de la base del cerebro. Son pequeños acúmulos de sustancia gris que manejan la sensibilidad y la motricidad del cuerpo y que en la enfermedad de Parkinson se va perdiendo por la falta de secreción de dopamina”, detalló Simoncini.
Estos dispositivos implantados se conectan a una batería implantada en la zona del abdomen que tiene una pequeña computadora que regula el voltaje y los Hertz. La emisión de energía por los transmisores libera el neurotransmisor (la dopamina) y así se corta el temblor característico de esta enfermedad.
Simoncini aclaró: “Estas prácticas son paliativas, no curativas. No sanará el Parkinson. Lamentablemente, la enfermedad seguirá evolucionando. Pero el paciente disminuirá la cantidad de medicamentos que ingiere. Cuando se colocan los dispositivos, deja de temblar y puede llevar adelante una vida normal, como todas las personas, sin miedo de derramar un vaso, por ejemplo”, explicó.
Este alivio es inmediato. “Lo que tiene de emocionante esta cirugía es que el paciente está despierto, está consciente. Mientras uno pone los electrodos y regulándolos, van haciendo efecto. Mientras dura la intervención, la persona va viendo cómo mejora de los temblores”, subrayó.
El paciente continuará ahora un proceso de controles cada 20 ó 30 días en un primer momento y cada 6 meses luego. En esas revisiones se ajusta el mecanismo a través de una computadora externa que se conecta vía Bluetooth al dispositivo interior. “A veces se la da al paciente un aparato preprogramado para que lo maneje en casos de stress o de nervios en los que empieza a temblar”, explicó Simoncini.