Sin embargo, los legisladores radicales reclaman como propio ese lugar. Su interés por alejar a la oposición del control tiene que ver también con cuidar a su protegido Sergio Neiffert, a quien ubicó al frente del organismo a pesar de no tener experiencia en esta área.
La pelea por la comisión bicameral de inteligencia a la orden del día. La disputa se dio ahora en una reunión que terminó complicada entre Santiago Caputo y representantes del radicalismo, que reclaman la presidencia.
Fuentes que conocen desde adentro las negociaciones señalaron que en la UCR están furiosos con el asesor presidencial porque les negó la presidencia que pretendían para Martín Lousteau o algún otro legislador radical.
La reunión de este jueves terminó en malos términos porque el joven Caputo avisó que la presidencia sería para un legislador de La Libertad Avanza o para el peronista entrerriano Edgardo Kueider, un aliado clave del gobierno en el Senado Nacional.
Kueider tiene buena relación con Santiago Caputo, a quien se acercó por medio del consultor Adrián Kochen. El acuerdo del gobierno con el entrerriano se fortaleció durante el tratamiento de la Ley Bases, cuyo voto fue clave para aprobar la criticada ley.
Por este apoyo Kueider consiguió que le dieran al delegado de la Anses en Concordia y a un director en la conducción de la represa de Salto Grande. Pero Kueider reclama algo más, en este caso se trata de la comisión de la Bicameral de Inteligencia.
El problema para Santiago Caputo es que los radicales reclaman como propio ese lugar y le menifestaron que le «pague» a Kueider con otro lugar. Sin embargo en el gobierno no desean darle ese lugar a legisladores en los que no confían, de hecho ya bloquearon a Emilio Monzó.
Santiago Caputo busca a toda costa evitar que la oposición se quede con el control de la Comisión Bicameral de Inteligencia para que no investiguen los manejos de la SIDE con los fondos reservados, desde donde se financiaría la red de trolls y la relación con periodistas e influencers.
El asesor tiene especial interés en el área de Inteligencia y fue el artífice de la disolución de la AFI y la creación de la nueva estructura. Su interés por alejar a la oposición del control tiene que ver también con cuidar a su protegido Sergio Neiffert, a quien ubicó al frente del organismo pese a no tener experiencia en esta área.