En línea con las decisiones del presidente Javier Milei, el flamante ministro de Salud, Mario Lugones, le pidió la renuncia a los cinco integrantes del Consejo de Administración del Hospital Garrahan después que se otorgaran un bono de $500.000 para todo el personal.
La impactante decisión se desató al advertir que la compensación salarial “no se corresponde con la pauta salarial que marcó el Estado Nacional”.
Según indican fuentes del ministerio, “el Consejo definió esta medida sin consultar y sin evaluación previa”, y sin la autorización del nuevo ministro.
Aseguran también que los trabajadores del hospital pediátrico expresan su descontento con el órgano debido a que perciben ingresos de $5,5 millones, cifra ampliamente superior a la de los promedios de los salarios de los empleados.
La meta de Lugones, sucesor de Mario Russo, hombre de extrema confianza del asesor presidencial Santiago Caputo, es que los funcionarios que gestionan la salud deben comprometerse con el manejo responsable de las cuentas públicas y administrar los recursos con el objetivo de mejorar la calidad de las prestaciones en cumplimiento con el objetivo de déficit cero establecido por Milei.
El consejo está integrado por cinco integrantes y su titular es Oscar Imventarza, cirujano general, y jefe del servicio de Trasplante Hepático del Hospital Garrahan y del Hospital Argerich.
Forman parte del mismo Patricia Elmeaudy (médica pediatra), Oscar Pérez (pediatra y médico legista), Andrés Scarsi (médico) y Silvia Prieri (especialista en Planificación y Diseño de Políticas Sociales).
Se trata de la primera medida de impacto del flamante ministro de Salud, luego de asumir al cargo, en reemplazo de Russo.
Lo cierto es que la designación terminó de oficializar lo que en los hechos ya sucedióa, era el titular del Sanatorio Güemes el que manejaba los hilos de la cartera, lo que agotó la paciencia del exfuncionario que tras alegar “cuestiones personales” presentó su renuncia y terminó de este modo con doble comando.