El ministro de Economía mandó a Washington un documento que adelanta «un nuevo plan económico», con medidas hasta 2027, a cambio de un monto de dólares «urgentes» para cubrir el agujero que quedó debido a la sequía de ventas del campo y evitar una devaluación. El documento es lo que desató la crítica del Fondo Monetario al Gobierno y el posterior enojo de Javier Milei con el organismo.
El ministro de Economía, Luis Caputo, quedó en el medio en una situación ultra compleja por la falta de dólares del agro y el atraso cambiario para sostener la desinflación, que lo obligó a peregrinar con todo tipo de promesas hacia el Fondo Monetario Internacional (FMI) en su búsqueda por lograr un desembolso de divisas que lo saque de esta grave situación. Según confirmaron fuentes oficiales el ministro, apelando al último recurso, le envió hace unos días al FMI un archivo PowerPoint con un supuesto «nuevo plan económico» -con medidas varias a aplicar hasta el año 2027- que según el propio funcionario están atadas a un desembolso con caracter de «urgente» de 10 mil millones de dólares de nueva deuda.
Los que conocen el movimiento, fechan ese documento en los días previos a la publicación del Staff Report del organismo, en la que los técnicos de Kristalina Georgieva fueron muy críticos sobre las perspectivas de Argentina y le exigieron, entre otras cosas, el fin del dólar blend para el agro y una devaluación para unificar los tipos de cambio. Lo que desató la ira del presidente Javier Milei, quien tildó de «zurdos» y «socialistas» a los dirigentes del Fondo Monetario Internacional.
El necesidad urgente de Caputo por hacerse con plata fresca es, en realidad, producto de deficiencias técnicas en la gestión económica. A esta altura de la gestión, si no hubiera atrasado el tipo de cambio para intentar frenar la inflación, el Gobierno de Milei tendría el total de soja vendida y una parva de dólares en el Banco Central (BCRA) lo suficientemente grande como para evitar la corrida actual y hasta pensar seriamente en abrir el cepo. Pero hoy, las liquidaciones de exportaciones agrarias diarias ya pasaron de 120 millones de dólares diarios a 70 millones, y quedan si vender, en dinero, soja por más de 15 mil millones de dólares, que recién se soltará en diciembre de este año.
Las promesas de «Toto»
Las medidas que Caputo le prometió al FMI, incluídas en el polémico PowerPoint, no incluyen nada de lo que el propio Fondo sugirió hacer en el Staff Report. En síntesis, ese PowerPoint, visto en retrospectiva, explica la dureza del FMI y el enojo del Gobierno con el organismo. Este pareciera ser el eje de las diferencias.
¿Qué plantea Caputo en el archivo? Por un lado, superávit fiscal incremental en 5 años, un nuevo esquema de retenciones a las exportaciones a partir del año 2026, unificación cambiaria recién en 2025, un crawling peg (microdevaluaciones) con «bandas» que manejará el BCRA, tasas de interés negativas y algo que al Fondo le cayó bastante mal: el proyecto peregrino de Milei de castigo penal para el que emite dinero.
«Ustedes son poco creíbles», les contestó el FMI a los funcionarios nacionales. Para ser justos, la afirmación, según trascendidos, no sólo está relacionada con las gestiones actuales de Caputo y compañía, sino por los comportamientos que -según el prisma del Fondo- Argentina ha tenido en todos los gobiernos de su historia. Por todo esto, Caputo llegó a la Argentina para aclarar que aún no se negocia nada con el FMI. La realidad es que no se negocia nada porque el organismo exigió condiciones diferentes a las que el Gobierno da a cambio de dólares frescos.
Problemas por facturas impagas
Caputo, hoy jaqueado por la falta de dólares, la recesión y la interna de los que operan para posicionar en Hacienda al asesor sin cartera, Federico Sturzenegger, lo llevó a confeccionar ese plan dirigido el FMI, tras varios intentos para que el campo acepte variables alternativas a un dólar soja. En uno de los intentos más desesperados, funcionarios de Hacienda intentaron que la Mesa de Enlace acepte una especie de bono a cobrar en 2028. A última hora, el BCRA les dio otro beneficio para intentar que liquiden: eliminó la sobre tasa para quienes retienen granos.
Vale recordar que el Gobierno precisaba dólares ahora mismo no sólo para abrir el cepo cambiario, sino para pagar cuentas pendientes: según el cronograma de importaciones que se armó en diciembre, en julio tienen que empezar a pagarse dólares para el flujo comercial. Aunque la recesión está ayudando al Gobierno en este sentido, porque la caída de la producción es menos importación, el flujo es menor pero existe.
Por otra parte, desde hoy a fines del 2025 el Gobierno tiene un peso grande en pago de vencimientos de deuda con el Fondo Monetario, cifrado en cerca de 20 mil millones de dólares. Este tema, si bien pesará más el año próximo, inquieta a todo el entorno de Milei.